lunes, 9 de enero de 2012

High Griffinition


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"No podría haber ido mejor". Doctor Neal ElAttrache, tras la operación de la rodilla izquierda de Blake Griffin.

Octubre del año 2009. Los Ángeles Clippers anuncian que su flamante nº1 del draft de aquel año, Blake Austin Griffin, sufre una grave lesión en su rodilla izquierda (fractura por estrés) que, según las primeras estimaciones, le harán perderse lo que resta de temporada. Hasta entonces, y en los últimos quince años, solo cuatro jugadores se habían perdido toda la campaña habiendo sido elegidos en el primer lugar del draft (Greg Oden, Danny Manning, Bill Walton y Doug Collins). En aquel fatídico final del mes de octubre de 2009 se les unió un Blake Griffin para quien los problemas en las rodillas no resultaban desconocidos.

La recuperación del pequeño Blake (es el menor de la familia Griffin) fue larga y, por consiguiente para un chaval de veinte años que se muere por debutar en la NBA, muy dura. Pero una vez pudo apoyar las dos piernas en el suelo y aguantar sus 113 kilogramos de peso, no dudó en descender al averno en busca del hombre que le ayudaría a, no solo recuperar el tono físico, sino a convertirse en uno de los mejores cuatros de la NBA.

Ese hombre era Frank Matrisciano, el 'entrenador del infierno'. Del excéntrico entrenador personal se conocen pocos datos, pero por ejemplo, es vox pópuli que por sus manos pasaron Gilbert Arenas (imaginamos que antes de convertirse en el John Wayne de la NBA) y Leon Powe, entre otros; que no suele mostrar su rostro, que es de San Francisco y que se levanta a las cinco y veinte de la madrugada para comenzar su entrenamiento.

Blake Griffin y su hermano Taylor (también jugador de baloncesto, actualmente en Bélgica) se encomendaron a Matrisciano durante un largo verano en el que las carreras con cargas de peso en la playa sustituyeron a la hamaca, el daiquiri y el descanso. Al mismo tiempo, los hermanos Griffin estaban obligados a mantener a raya su alimentación, por lo que tenían que consumir diariamente 5.000 calorías.

El tremendo entrenamiento estival al que estuvo sometido Blake Griffin le dio las alas para volar sobre los pabellones NBA desde muy pronto. En noviembre de 2010 debutó ante Portland Trail Blazers con 20 puntos y 14 rebotes, siendo elegido el mejor rookie del primer mes de regular season. Promediando números similares y anotando incluso 44 puntos en un partido, The Cyborg es elegido para el All Star, un hito tratándose de un rookie. Además, participó en el concurso de mates alzándose con la victoria final.

A final de temporada, Blake Griffin es elegido Rookie del Año. En tan solo año y medio, High Griffinition pasó de ser un juguete roto a maravillar al mundo entero con su capacidad atlética, su potencia, su salto y, sobre todo, su habilidad para el mate. Sin duda, aquella operación de rodilla "no podría haber ido mejor".

Las 10 de 2010, por Blake Griffin.


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