lunes, 11 de febrero de 2013

El arte de robar, por Alvin Robertson


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Robar es un atributo despreciable en casi cualquier ámbito de nuestra sociedad. No obstante, en las modalidades deportivas cuyo protagonista es un balón, no tener muy claro el concepto de la propiedad puede convertirte en un auténtica estrella.

Es el caso de Alvin Robertson, un base de 1'93 que jugó en la NBA entre 1984 y 1993 de manera ininterrumpida, y una temporada suelta en 1996. Quizá su nombre no esté entre los más recordados de la historia de la NBA, pero sus cualidades para el baloncesto le convierten en merecedor de un cajón privilegiado en el Salón de la Fama.

Antes de llegar a la NBA de la mano de los San Antonio Spurs -mención especial merece esta franquicia, que parece no equivocarse nunca cuando elige a alguien en un draft-, Alvin Robertson ya participó en los JJOO de Los Ángeles en 1984, merced a sus méritos en la universidad de Arkansas. Tras una primera temporada participando desde el banquillo y empapándose de todo lo que fue capaz de aprender, Robertson se afianzó como titular en su segundo año. Duplicó sus números como rookie, y fue elegido como Mejor Defensor y Jugador Más Mejorado.

En la campaña 1985/86 Alvin Robertson consiguió un hito que aún nadie ha sido capaz de superar. En aquella temporada regular sumó nada más y nada menos que 301 robos en total, con un promedio de 3'67 por partido. Ambos datos suponen sendos récords absolutos de la NBA en este apartado. Además, en febrero del 86, Robertson anotó un cuádruple-doble con 20 puntos, 11 asistencias, 10 rebotes y 10 robos de balón contra Phoenix Suns, algo que sólo un selecto grupo de jugadores ha sido capaz de hacerlo en toda la historia de la NBA. 

Tras la temporada 85/86 se produjo el declive de San Antonio, que durante el final de la década de los ochenta fue uno de los peores equipos de la liga. Incluso se llegó a barajar la posibilidad de que la franquicia abandonase Texas. No obstante, la consecución del pick #1 del draft del 87, en el que se hicieron con un tal David Robinson, así como su llegada a la NBA dos temporadas después (una vez acabó su etapa en la Marina de los EEUU), favorecieron que los Spurs pudieran remontar el vuelo, consolidándose en los puestos altos desde entonces mediante un trabajo deportivo excelso desde los despachos. Y han pasado más de veinte años.

Cinco temporadas de exitosas participaciones individuales de Alvin Robertson en SAS le valieron un traspaso a los Bucks, donde continuó siendo uno de los defensores más importantes de la NBA. Ya casi al final de su carrera firmó por los Detroit Pistons, retirándose, no definitivamente, en 1993.

Y es que en 1996 aceptó el reto que le propusieron desde Toronto. Volvió a la NBA para jugar la primera temporada de los Raptors en la liga. Robertson forma parte de la historia de la franquicia al ser el jugador que anotó su primera canasta, nada menos que un triple. Una vez acabada la campaña, ahora sí, Alvin dijo adiós al baloncesto...

...para decir 'hola' a los problemas con la justicia. Tras su retirada definitiva, Robertson casi acaba en la cárcel por propasarse con una mujer y morder a otra que intentó ayudarla. Además, se ganó una orden de alejamiento de la que por aquel entonces era su novia, a la que dio un tremendo susto tirando la puerta de su casa abajo por haberle colgado el teléfono minutos antes. Semanas después, además, destrozó su coche.

En 2002 fue a prisión al ser acusado de violar a una mujer. Sin embargo, no parece haber conseguido eludir a los problemas tras su salida. El pasado verano, la policía descubrió que Alvin Robertson formaba parte de una red de prostitución que había obligado a una niña de catorce años a prostituirse y a bailar en un club de streaptease.

Se trata de un nuevo episodio del declive de la estrella, de la mala planificación personal que hacen muchos deportistas, jóvenes millonarios, que tras verse obligados a abandonar la práctica profesional de su deporte, se encuentran abocados a una espiral negativa y autodestructora de la que es muy complicado salir. 

Hoy dedicamos este pequeño apartado del Hall of Fame a Alvin Robertson. Disfruten.


Primera canasta de los Raptors en su historia. Anotada por Alvin Robertson.


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